Recosté mi
cuerpo en la barra de la cocina divirtiéndome internamente al ver a Justin con
un delantal, no tengo ni la más mínima idea por qué es que lo tiene o el por
qué lo usa ahora cuando va hacer unas simples malteadas en la licuadora. Esto
tenía que ir al recuerdo, saqué mi celular e inmortalicé el momento.
Justin: ¿Qué
haces?
Yo: Tomo una
foto. El mundo merece verlo - contesté mientras tecleaba unas últimas cosas en
el celular.
Justin: ¿La
vas a poner en Instagram? - destapó el envase del helado de fresa.
Yo: Ya está en
Instagram, acabo de compartirlo en Twitter.
Ni bien guardé
el teléfono, las interacciones no paraban de saltar todas por la foto de Justin
con delantal; la gente comentaba, retwitteaba o marcaba como favorito. Con la
cuchara empujó casi la mitad del frasco del helado a la licuadora que dejó a un
lado para echar la leche.
Justin: Ves
______(Tn) esto es fácil, muy, muy fácil.
Yo: Justin
creo que…
Justin: Y tú
decías que no iba a poder con una simple malteada - apretó el botón rojo y toda
la habitación se volvió rosada.
La licuadora
literalmente escupió la leche junto con el helado mezclándolo por los aires,
bañándonos a los dos, al piso y a todo lo que se atravesaba en el camino del
líquido rosa.
Yo: ¡Justin! -
grité intentando sacar la mezcla de mi cabello.
Justin: Me
olvidé de tapa la licuadora - dicho eso empezó la competencia de risas entre
nosotros.
Yo: Si que
eres tonto.
Arrastró los
pies acercándose a mí cuando solo le faltaba poco para llegar resbaló perdiendo
todo el equilibrio, intenté agarrarlo pero eso lo empeoró y ambos caímos
sentados. Mi trasero empezó a dolerme y Justin inmune al dolor volvió a reír.
Para callarlo salpiqué las gotas que habían quedado en mis dedos, sonriendo
entrelazó mis dos manos con las suyas y aprovechó el agarre tirando de mí para
besarme.
Justin: Sabes
a fresa.
Yo: Hasta el
suelo sabe a fresa por tu culpa.
Sus manos se
perdieron entre mis cabellos pegajosos empujándome contra él. Justin tiene dos
facetas para besar; cuando es dulce y pausado o cuando está con las hormonas
revueltas y ahora está en esos días donde sus hormonas lo controlan. Su forma
de besar es exigente lo cual es extraño porque sus labios son suaves, mi lengua
se encontró con la suya, una mano seguía en mi cabello mientras la otra recorría
desde mi nuca hasta mi espalda baja.
Nos separamos,
tocaban la puerta.
Justin:
Debería conseguir uno de esos carteles de no molestar - se levantó y sacudió
inútilmente sus pantalones. Yo hacía lo mismo mientras él iba a la puerta
murmurando palabras incomprensibles. Lo peor de levantarse fue que los músculos
de mi trasero se contrajeron dándome una descarga de dolor - ¡______(Tn), te
buscan!
¿Quién me
buscaría a mí en el departamento de Justin?, Sentí mi cuerpo congelándose y
volver al calor en un segundo viendo a Adam apoyado contra el marco de la
puerta con el pómulo sangrando y el labio hinchado entre verde y morado.
Yo: ¿Qué te
pasó? - sonrió.
Adam: Creo que
me caí - se volvió hacia Justin - Eh, hermano, me estoy muriendo ¿no me vas a
dejar pasar.
Justin: No,
¿por qué lo haría?
Yo: Justin
Bieber.
Justin: Así me
llamo - eligió mal momento para hacerse el divertido.
Yo: Sabes a lo
que me refiero.
Resopló
resignado y lo dejó pasar.
Yo: Siéntate.
Justin, trae algo para sus heridas.
Justin: ¿Qué?
¿Por qué?
Yo: Porque
eres buena persona y no quieres que tire tus Supras doradas al váter - mi
amenaza funcionó, no dijo nada y desapareció.
Me senté a su
lado, apretó mi mano y llegué a oír su quejido por el dolor.
Adam: Ay,
estoy vivo.
Yo: ¿Quién te
golpeó?
Adam: La chica
con la que te dije que hoy nos encontrábamos en Burger King, pues a la mitad de
la comida su novio llegó…
Yo: ¿Tiene
novio?
Adam: Sí, no
lo sabía - el dolor no lo dejaba hablar claro - tampoco sé cómo se enteró. Solo
nos vio y la bestia me golpeó hasta que le pateé a su “pequeñín”.
Yo: De igual
forma te llevaste la peor parte.
Justin: Tuvo
una gran lección, la mejor lección de su vida diría yo. Las novias de otros se
respetan - balanceó el contenido de la pequeña caja roja, supuse que era su
botiquín - y saca tu mano de ______(Tn).
Adam: Justin,
amigo, para suerte tuya me he graduado en detectar indirectas. No debes porque
sentirte amenazado por mí.
Noté el enorme
esfuerzo de Justin, por no gritarle algo insultante, dejó la caja sobre sobre
mis piernas y dio media vuelta caminando hacia la cocina. Vaya, par de tontos.
Serían amigos si no tuvieran una estúpida rivalidad.
Adam: ¿Lo hice
enojar? - percibí su ironía.
Yo: Estás lo
suficientemente golpeado como para que yo te responda.
Adam: Vale, ya
entendí.
Tengo los
conocimientos de curar a alguien por lo poco que he visto en la televisión o
películas. Mojé el algodón con el alcohol, presiento que le va arder hasta el
alma.
Adam: Aleja
eso de mí - apartó mi mano - con agua basta.
Yo: No seas
niña.
Al limpiar su
herida la sangre coagulada corrió manchando su pantalón de gotas, al pasar el
algodón sentí su cara tensa, el alcohol contra una herida abierta no deber ser
la sensación más agradable. Ya recuerdo el porqué de cuando me caía y me hacía
heridas de pequeña, yo sola me las curaba con agua porque no me gustaba cuando
mi mamá lo hacía con jabón o con agua oxigenada.
Después de la
limpieza su herida se veía más pequeña excepto por la hinchazón.
Yo: En tu boca
solo colócate hielo.
Adam: Gracias.
Ay, me duelen las costillas.
Yo: ¿También
te golpeó ahí?
Adam: Me pateó
ahí - aclaró - ¿Y ustedes por qué están rosados?
Yo: Justin
intentando hacer malteadas - resumí.
Adam: Oh, eso
lo explica.
Justin llegó
tosiendo exageradamente.
Adam: Amigo,
suenas mal. Yo por experiencia te digo que tomar chocolate caliente ayuda pero
ten cuidado que te salpiques - Justin contrajo la cara.
Justin: Bueno amigo, ya estás curado y luces
aceptable, ahí está la puerta y ahí están tus pies. Chau.
Si ellos dos
se ponen a pelear yo no voy a colocarme entre los dos, ese acto solo funciona
en las películas porque es más que obvio que si te pones a gritar: ¡Paren! En
medio de la pelea de dos chicos mayores que tú y más altos lo probable es que
te pasen por alto.
Adam: Antes de
eso, quiero hablar con ______(Tn) - se inclinó - a solas.
Justin:
______(Tn), dile que se vaya.
Adam: Lo que
tengo que decirle es importante.
Justin: Para
eso están los mensajes - el otro iba a hablar.
Yo: Parecen
dos niños horrendos.
Justin:
¿Horrendo? - gritó - según Billboard soy el más guapo famoso menor de veintiuno
del planeta.
Adam: Si no
fuera solo de famosos, la historia sería otra.
Resoplé.
Yo: Haber
reinas de la belleza, cállense. Son realmente estresantes.
Adam: Lo
lamento. ¿Podemos hablar a fuera? - Justin buscó mi mirada y produjo un ‘no’
silencioso.
Yo: Vamos, y
no me miras así, Justin.
Justin: Bah,
iré a bañarme - Adam alzó las cejas y habló cuando ya no estaba.
Adam: ¿Lo
siento?
Yo: Sabemos
que no lo sientes.
Él sonrió interpretando
un <<eres muy inteligente>> y para qué negarlo, lo soy. Junté la
puerta separándonos pasos de ella, de pronto sé que algo iba mal. Adam se
volvió completamente serio y noté que estaba pensando en cómo hablarme.
Yo: Dime a
quien embarazaste.
Adam: ¿Qué?
No. - asentí - ¿En qué estás metida, ______(Tn)?
Yo: No te
entiendo.
Adam: Hoy
cuando fuimos a ese lugar y dijiste que ibas a vender un celular, mentiste, hay
que tener dos dedos de frente para darse cuenta que esos delincuentes no te
cambian dinero por un Nokia.
Él sabe, él sabe.
Una avalancha
de calor subió hasta mi cabeza, estaba molesta.
Yo: A ti no te
golpeó ningún novio desquiciado ¿no? Tú te metiste en donde no te llamaban y te
dieron una paliza por andar de metiche.
Adam: Por
favor - suplicó con los ojos brillantes -, ______(Tn) No te voy hablar con un
amigo sino como alguien mayor.
Yo: Solo me
llevas cuatro años y déjame decirte que eres mucho menos maduro que yo - plantó
sus manos en mis hombros, me dolió.
Adam: ¿Y qué
es para ti madurez? - gritó - ¿madurez es entrar a una calle de delincuentes y
salirte con la tuya? ¿O qué, comprar drogas tambien es de gente madura?
No lo miré, no
puedo dejar que se muestre molesto o con lástima. Adam en todo el tiempo que
nos conocemos nunca me ha visto así y no quiero llevarme un mal recuerdo de él,
no lo aceptaría y lo odiaría por verme de esa forma.
Yo: ¿A quién
se lo vas a decir? ¿A mi papá, a Joe o a Justin?
Adam: Yo no
les voy a decir nada - lo miré y me maldecí, me miraba justamente como yo no
querías: lástima disfrazada de cólera.
Yo: ¿Te estás
apiadando de mí? … no lo necesito.
Adam: Tú se lo
vas a decir - junté las cejas confundida.
Yo: ¿O si no,
qué?
Adam: Termina
nuestra amistad - bufé - ______(Tn), mi amiga no era lo que eres tú ahora. Mientes,
te burlas de los demás porque te sales con la tuya y pasas por encima de otros
y les haces daño a las personas que te quieren.
Yo: Como
quieras, tu amistad ni me suma ni me resta.
Esperando a
que me dijera por lo menos una palabra se fue. Entré intentando no golpear la
puerta, respiré dos veces para no patear lo primero que se me topara en el
camino. En un abrir y cerrar de ojos Justin estaba parado delante de mí solo
con unos pantalones de chándal, le sonreí.
Yo: Está
haciendo frío y tú estás medio desnudo.
Justin: He
puesto la calefacción ¿no te has dado cuenta? - agudicé la sensibilidad de mi
piel y en efecto el ambiente se sentía caliente.
Acarició mi
brazo y volví a sonreír, Justin se veía cansado y también preocupado.
Justin:
¿Quieres que suba la temperatura Estás pálida.
Yo: No
tranquilo, es solo porque he estado afuera - sonreí para transmitir seguridad.
Me estaba
volviendo una máquina de sonrisas falsas, en menos de cinco minutos ya me había
echado tres sonrisas más falsas que el dólar de dieciséis dólares. Mientras por
dentro temblaba, mi interior vibraba por la culpa de Adam, él no tenía que
saberlo, nada podía saberlo. Al menos él no dirá nada, intercambiamos nuestra
amistad por mi secreto.
Yo: Voy a
bañarme.
Justin: En la
cama te dejé ropa de la que dejabas cuando te quedabas - asentí.
Yo: Gracias -
acaricié su barbilla.
Justin: Te
noto extraña.
Fruncimos el
ceño a la misma vez.
Yo; Sé que nos
soy muy demos…
Justin: No es
eso, estás como te hubiesen tirado agua fría - explicó mirando mi cabello
mientras distraídamente lo limpiaba de capas rosadas - ¿Él te ha dicho algo de
que lo deba enterarme?
Yo: Relájate,
todo está bien, solo es el frío.
¿El frío?
¿Quién se puede creer tremenda tontería? Y a pesar de que Justin sonriera, sé
que no se lo creyó pero actuó bien que hizo tragarme las ganas de gritarle por
ser falso conmigo.
Me besó y me
dejó ir.
Debo admitir que el agua
caliente se ha inventado más para relajar que para la limpieza del cuerpo. No
tuve que demorarme mucho para sacar lo meloso de mi cuerpo y cabello, mi ropa
se había llevado la peor parte y no tuve de otra que dejarla en el cesto de
ropa sucia junto a la de Justin. Usé el mismo albornoz de Justin, con la manga
limpié el espejo empañado, para sorpresa mía usé la secadora sin importarme lo
esponjado que quedaría mi cabello y lo amarré en la cola más alta que pude. Al
momento de cambiarme solo permanecí mi ropa interior y zapatillas.
Y del armario
de Justin saqué una chaqueta de jean gruesa que me quedaba larga por las mangas
y por otras partes. Revisé las llaves de mi auto y casa, y salí. Justin estaba
echado en el sillón comiendo una manzana.
Yo: Ya me voy
- él se levantó - y préstame tu chaqueta.
Justin: Te la
regalo, tú te ves mejor en ella que yo.
Yo: Gracias - colocó
sus manos en mi cintura. Estábamos cada vez más cerca.
Justin: Es
horrible ¿no?
Yo: ¿Qué cosa?
- con la mano acarició mi cabello de la cola de cabello apretándola contra la
nuca.
Justin: Que
mañana sea el último día que nos veamos.
Yo: Van a ser
dos meses ocupados, tú trabajando y yo estudiando.
Sus manos
hicieron presión en mi nuca y cadera respectivamente. Y nos besamos, cálido y
sin manos solo nuestras bocas.
Yo: Ya es
tarde, no quiero que me molesten luego en mi casa - di un paso hacia atrás.
Justin: Yo te
llevaría pero…
Yo: No
dejarías tus fachas por nada, lo sé. Yo traje mi carro.
Su pulgar
acarició la unión de mi mentón y cuello, me alejé por las cosquillas.
Justin: No
conduzcas como loca, si la policía te detiene yo no te conozco - reímos.
Yo: ¿Quién
eres?
Justin: Eso,
así mismo - me felicitó con unas palmaditas en la espalda, yo retiré su mano.
Yo: Disculpe,
no me toque, no me conoce.
Justin:
¡______(Tn)! - di una carcajada.
Yo: Dios, no
soportas una broma - ladeé la cabeza - ahora sí, deja de interrumpir cada vez
que me quiero ir. Adiós, nos vemos mañana.
Justin: Cuídate
y respeta el semáforo - abrió la puerta.
Yo: Hablas
como si yo fuera una demente al volante.
Justin: Te
desesperas cuando conduces - buen punto.
Yo: Oh, cállate,
luego termino chocando y va ser tu culpa por ponerme más nerviosa.
Justin: En ese
caso, eres la mejor conductora de la historia - sonrió, mintió descaradamente
en mi cara y yo sonreí.
Yo: Chau.
Despeiné su
cabello y salí directo al ascensor. Una señora con un vestido rosa demasiado
apretado como para alguien de su contextura, con un humor poco amistoso me dijo
que me apurara en entrar, vaya señora, el vestido le aplasta la gracia. Por
suerte se bajó en los siguientes dos pisos y el resto de la bajada fui yo sola
silbando.
Cuando crucé
el pasillo hacia la puerta, estaba Adam hablando con el de recepción, él
también me vio, retiré el contacto visual como si tratase de un perfecto
desconocido. Él mismo lo dejó en claro, no quiere tener ninguna relación con
alguien como yo, después de todo lo comprendo y le agradezco que me haya dado a
escoger pero no quita que esté molesta de que meta sus narices en donde no lo
habían llamado.
Dentro de mi
carro estaba caliente, antes de arrancar me fijé en que no venía nadie por mi
dirección ni que tampoco haya otros autos por delante de mí y pisé el
acelerador hasta el fondo que gracias al cinturón de seguridad no me choqué
contra el vidrio, sin perder la vista de la carretera prendí la radio y sonaba
una canción electro que conocía pero no recordaba el nombre, para cuando subí
el volumen ya iba a 100 km/h. Doblé por la calle de mi casa y bajé la velocidad
por miedo a los policías de tránsito. Cuando salí de la cochera me di cuenta
que realmente conduje como una loca, tuve suerte de no morir chocada contra un
auto.
En la cocina
estaban Joe y Roberta, comiendo. Tras un ‘Hola’ me senté junto a ellos. Joe no
me quitaba la mirada y molestaba. Ahora que lo recuerdo, estoy molesta con él.
Yo: ¿Qué pasa?
- le pregunté sin ánimos de socializar.
Joe: No es la
ropa que traías en la mañana - abrí la boca exasperada. ¿Y él qué toca, en mi
tema de vestimenta? Mi papá debería ser el preocupado. Yo si quiero me visto
como hombre.
Yo: Me cambié.
Roberta: ¿Qué
pasó con los hermanos inseparables? - mordió una uva por la mitad, chorreándose
con el jugo.
Yo: ¿Y qué
pasó con las servilletas? - pregunté cuando ella se limpió la cara con la mano.
Salté de la
silla hacia la refrigeradora, saqué lo que se veía más tentador: al parecer la
última tajada de un pastel de vainilla y chocolate. Y salí corriendo por las
escaleras mientras que usaba las manos como tenedor.
Roberta:
¡CERDA!
Cerré la
puerta de mi habitación con el pie y dejé mi pastel a medio comer en la mesa de
noche. De los bolsillos de la chaqueta de Justin vacié mis nuevas adquisiciones
de esta tarde, una vez que me las guardé bajo llave en mi cajón, me encerré en
mi baño, me lavé la cara y enjuagué mi boca.
De las gavetas
que tiene el baño, saqué un encendedor rojo que nunca había usado y prendí el “cigarrillo”
- un porro, en realidad - dudé antes de dar la primera calada, pero mi mano la
llevé justo a la entrada de mi boca y mi boca succionó y sopló. ¿Lo primero que
sentí? Una extraña y muy confortante liberación. Adiós Adam y sus amenazas,
tras las siguientes caladas las cosas que me rodeaban llegaban a tener mucho
sentido del humor, tuve un ataque de un segundo en que el pomo de la puerta
tenía nariz y luego ya no estaba. Y reí. Luego por el humo me había atorado.
Reí.
Tocaron la
puerta, en acto de sorpresa boté el cigarrillo al lavabo. Ya no reí. Lo envolví
en papel higiénico y lo tiré a la basura. Una vez comprobado que cerré la
puerta del baño, abrí la puerta de mi habitación. Parpadeé cuatro veces y
Roberta apareció ante mis ojos.
Yo: ¿Qué? -
aclaré mi garganta, la sentía ronca.
Roberta:
Necesito que me lleves a la casa de una amiga.
Yo: No.
Roberta: Sé
que son las ocho de la noche, pero es que está en unos apuros con nuestra
maqueta que presentaremos el lunes y mañana ella no va estar todo el día. Ya me
han dejado permiso.
Yo: Mi papá, que
te lleve él - sentí ardor en los ojos y mis piernas como de gelatina. Lo último,
me divertía internamente.
Roberta: Está
cuidando a mamá por lo de su embarazo, no queda mucho y pues, ya sabes… Y no
digas Joe, él se ha encerrado en su cuarto y anda muy raro, tú eres mi última y
única opción. Mi promedio depende de esa tonta maqueta.
Yo: No puedo
conducir… me siento mal - no puedo hacerlo mientras sienta que los ojos y
cabeza están girando.
Roberta: Te
estoy pidiendo un solo favor, y no eres capaz de solo conducir por minutos…
Yo: Ya, ya.
Una vez en
marcha yo escuchaba a medias las indicaciones de Roberta, mi cabeza cantaba
desinteresadamente una canción infantil. Miré mi pie izquierdo que se
balanceaba y al levantar la cabeza vi que estaba a nada de chocarme contra un
carro de los ochenta. Frené de golpe, Roberta gritó.
Roberta: ¿¡Qué
te pasa!?
Yo: Esa
maldita chatarra se atravesó en mi camino - respondí respirando fuerte.
Roberta: No
había nada el camino estaba despejado.
Yo: Había…
había… - ya no estaba. Me pegué a la acera y estacioné. - bájate.
Roberta: ¿Qué?
Pero falta unas…
Yo: ¡Bájate,
ya! - grité desesperada mientras peleaba con lo que se formaba dentro de mi
cabeza - ¡Maldita sea, hazlo ya!
Se bajó gritándome
algo que no quise oír. Cuando la vi lejos, tomé mi teléfono escogiendo al menos
curioso de mi lista y él que vendría rápido. Ryan.
::Llamada Telefónica::
Ryan: ¿______(Tn)? ¿Ya llegaste? ¿Cómo estás?
Yo: Mal, Ryan ven a recogerme, estoy en mi carro y
no puedo conducir. Ven, por favor.
Ryan: ¿Dónde estás? - su voz era desesperada.
Yo: A cinco cuadras del centro comercial. No
preguntes, solo ven.
Ryan: Ya salgo.
::Fin de la llamada::
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::♥::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::♥:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Me he demorado más de lo que pensaba. Esto de estar en la cuenta regresiva de la novela me pone de nervios, tengo todas las ideas de los capítulos restantes pero lo que está en mi cabeza como escenas cortadas de películas no las puedo transmitir en la escritura. Mil disculpas. Me la he pasado releyendo mis libros y otras novelas que me gustaron en Facebook, como para darme una idea de como poder expresar lo que tengo pensado por eso la demora. Mañana me pongo a escribir el capítulo, es que en mi país, ya es tarde y no me dejan más tiempo. Yo las quiero.
No me asesinen mentalmente por la demora. Miren que a Justin, no le gustaría eso. Eh.
(:
Hola soy New Reader jajaja me ENCANTA tu novela... Me llamo Andrea pero me dicen Andy, me gustaria que visitaras mi nove, es de Biebs y Tu:
ResponderEliminar- http://www.dejameamarteamiforma.blogspot.com
Follow Me & I Follow Back --> @hipstagirl3621
¡Bienvenida!
ResponderEliminarLa leeré y también te seguiré, ahora.
:)
sigela!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarPaciencia pequeña saltamontes, no querrás parecer desesperada.
Eliminarholiiiiii me he cambiado el nombre como veras,me parece mas swaggy jijiji guapisima me ha encantado ha estado super interesante y me encanto nose que mas decirte que me pone triste que ya se este terminando la novela pero espero que hagas mas y mas y nunca dejes de volar tu imaginacion te quiero guapisimaaaaaaaa <3
ResponderEliminarXOXO:NALU
PD:como siempre llego tarde para comentar pero buaa no pasa nada verdad??? jijiji el putituto me tiene harta jajaja
Jajajaja. No, no pasa nada. Tranquila no lo haré, tengo varias novelas ya pensadas.
ResponderEliminar;)
Hghjhhjhj sigue plis amo mucho tu novela soy nueva lectora :3 y tambn me llamo Ana Luisa haha como Nalu <3
ResponderEliminar¡Bienvenida a este blog! Me gustan los nombres que son dos.
ResponderEliminarhola ya lei el nuevo capitulo me encanto siguela quiero saber que mas pasara besos
ResponderEliminarsiguela amo tu nove eres mi idola¡¡¡ (=
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